Mitologias
  Mitologia Griega
 

Aunque de cada pueblo o civilización podemos rastrear, reconstruir y analizar su mitología particular o propia, es indudable que el mundo helénico aportó tal cantidad de fuentes para el estudio y recopilación de su mitología que ésta, al igual que toda la cultura griega, alcanzó el apelativo de clásica, es decir, se transformó en la mitología modelo por excelencia, así como motivo de inspiración para la romana. Los nombres de sus protagonistas en versión helénica o latina nos son tan familiares y vivos, que se diría que caminamos por un escenario que parece nuestro sino actual y permanente.

¿Quién no se vale en la actualidad de un cronometro para controlar el paso del tiempo, no sabe qué es geografía, o no ha empleado o escuchado en alguna ocasión frases como: “tiene una fuerza hercúlea”; “se mostró tan colérico que parecía una furia”; “era hermosa como una venos o tan varonil como un apolo”; y tantas otras?

Pero aun hay más. Si observamos el firmamento que nos envuelve, a nuestra mente acudirán nombres de los astros que podemos distinguir a simple vista o mediante telescopio que recuerdan las diversas divinidades del panteón grecorromano y a los que están consagrados algo tan cotidiano como los meses del año, los días de la semana, las horas o los signos del zodiaco.

Incluso la ciencia, tan opuesta a la mitología, ha encontrado en la helénica motivo de inspiración para mencionar algunos fenómenos. Así por ejemplo, la psicología habla de los complejos de Edipo o de Electra, referidos al conflicto que puede presentarse en cierta etapa infantil del desarrollo humano como respuesta a las relaciones entre hijos y padres, que recuerdan aquellos míticos seres víctimas de su dramático destino.

Si todas las mitologías han dejado sus huellas en los campos de las Bellas Artes a lo largo de la historia, la influencia de la griega, de cuyo mundo somos sus herederos más directos, ocupa el primer lugar: arquitectura, escultura, pintura, música, poemas épicos, novela, teatro, cinematógrafo, televisión, etc., han plasmado con la imagen y la palabra todo ese hábitat fantasmagórico de dioses, héroes y monstruos en abigarrado contraste.

En la actualidad numerosos cines, teatros o centros culturales y artísticos llevan el nombre de Apolo (y hasta un proyecto espacial) o de algunas de sus compañeras, las Nueve Musas. Se continua hablando de la incidencia de las enfermedades venéreas  o de la veneras de Santiago Apóstol, sin que frecuentemente la gente sepa el porqué. Por último, faceta tan relevante de nuestra sociedad de consumo como la publicidad generadora de los más modernos mitos, incita también desde el consumo del vino en nombre del dios Baco, hasta presenciar los Juegos Olímpicos de la época presente.

 
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